Los signos de formación de una úlcera por presión se pueden observar por primera vez cuando la superficie de la piel del paciente que se encuentra en contacto con el dispositivo se vuelve roja y caliente al tacto. Hay cuatro etapas evolutivas, tal como se muestra a continuación:
Una zona roja localizada y cálida al tacto. El término lesión por presión se utiliza cuando la piel aún no ha llegado a la etapa de rotura.
La úlcera por presión se va haciendo visible a medida que la piel se rompe y se pierde parcialmente.
La úlcera por presión y la necrosis tisular se extienden a todas las capas de la piel. La capa de grasa subyacente también resulta visible.
La úlcera por presión y la necrosis tisular se extienden hasta la grasa, el músculo y el hueso o cartílago.
Para que los tejidos puedan desempeñar sus funciones normales, necesitan un suministro correcto de sangre a través de los vasos sanguíneos. Se ha descubierto que las restricciones de flujo sanguíneo a los tejidos contribuyen al desarrollo de úlceras por presión.
La presión excesiva de una mascarilla mal ajustada o la presión prolongada en la misma posición durante demasiado tiempo puede provocar el colapso de los vasos sanguíneos y, posteriormente, dificultar el suministro de sangre a ese punto de presión localizado.
Esto causa enrojecimiento y, con el tiempo, contribuye a la necrosis progresiva del tejido.1
Si la piel roza continuamente con una superficie, en un primer momento se puede producir irritación, pero, luego, puede convertirse en una herida por excoriación.
Las fuerzas de cizallamiento entre un tejido fino y una superficie dura que empuja en direcciones opuestas, como ir resbalando por una cama, pueden causar que los vasos delicados se estiren y se rompan, lo que conduce a la formación de una úlcera por presión. 4
La piel y las capas de grasa se vuelven más delgadas con la edad avanzada o con una nutrición deficiente debido a la reducción del colágeno y otros componentes que mantienen la piel estructuralmente sana. Esto hace que los huesos sobresalgan más. Como consecuencia, los pacientes mayores y más enfermos son más propensos a desarrollar úlceras por presión.1
Las mascarillas de NIV se han descrito como una de las principales causas de lesiones por presión en la UCI y, dado que la insuficiencia respiratoria es uno de los principales cuadros de los pacientes que requieren ingreso en cuidados intensivos, los pacientes que deben usar mascarillas de NIV tienen un mayor riesgo de desarrollar úlceras por presión. 2
Las mascarillas demasiado grandes ejercen una presión innecesaria sobre el rostro.
Las mascarillas demasiado pequeñas causan fricción no deseada.
Al desplazar la mascarilla sin aflojar las correas, se tira de la cara y se producen fricciones y fuerzas de cizallamiento no deseadas.
Si la mascarilla no está colocada simétricamente, puede ejercer una presión adicional en algunas zonas de la cara.
Para que la NIV funcione de forma eficaz, las fugas deben reducirse al mínimo, por lo que puede resultar tentador apretar demasiado la mascarilla. Sin embargo, esto aumenta el riesgo de que se desarrolle una úlcera por presión, ya que la mascarilla y las correas ejercen una presión excesiva sobre la cara. 9
Es importante tener en cuenta que la mayoría de los ventiladores modernos son capaces de compensar cualquier fuga que pueda ocurrir y no suelen requerir que la mascarilla esté muy apretada. 10
Los puntos de contacto de la mascarilla y el arnés son las superficies donde se debe vigilar la formación de úlceras por presión.
La comodidad es importante para mejorar la tolerancia del paciente a la NIV. Una terapia eficaz de NIV puede ayudar a reducir el tiempo en la UCI y la duración de la estancia en el hospital.11
Para ayudar a prevenir el desarrollo de una úlcera por presión, es fundamental encontrar el equilibrio perfecto entre un buen sellado y una máscara que no genere demasiada presión para que el paciente se encuentre cómodo.
Principales referencias
Se trata de una mascarilla de NIV de rostro completo con características de uso fácil para una mayor comodidad, entre las que se incluyen cuatro tamaños de mascarilla y una nueva configuración de vía única ventilada a fin de ayudarle a ofrecer cómodamente una atención de calidad.
Un humidificador con dos ajustes de humedad que se pueden seleccionar en función de los niveles de tolerancia del paciente. El humidificador F&P 850 puede servir de ayuda para ofrecer una terapia NIV de calidad a sus pacientes.
